Ella. Alta, flaca, de pelo rubio oscuro y ojos claros. Que camina por la calle como si fuera una pasarela en pleno Londres, y que se traga el mundo ella sola, que no deja que nadie le llegue siquiera a los talones, que camina con la frente alta y con el pelo al viento. Se choca con Él, un chico, alto, carilindo, castaño, y ojos verde oscuro, que la había fichado desde lejos.
Fueron tan solo dos segundo de impacto, de miradas intercambiadas, de que esos ojos verde oscuro entren por completo en los ojos de ella y la dejen helada, solo dos segundos, pero demasiado tiempo como para darse cuenta de que a él no lo iba a poder tragar como a todos, de que él era particular, diferente, todo en tan solo dos segundos.
Quien diría que ella quedo pensando en ese momento en particular, yo por lo menos no. Esa mirada que a ella la dejo estática, quedo guardada en su memoria como algo intocable, la imagen del “carilindo” se le aparecía en su mente en cada instante, en cada segundo.
Aquel choque se repitió al día siguiente, y desde ese momento no se pudieron separar. Esas miradas eran culpables de todo, las que los dejaron atados sin tocarse. Y ahí estaban, frente a frente, y aquellos labios que no resistían, pero al fin, esos ojos testigos de que el amor existía.
El mundo se paralizo para los dos, y no había nada que interrumpiera aquel momento. El que Él le partió la boca de un beso tan romántico que todos quedaron mirando.
Sus vidas ya no funcionaban por separado, ya no era ella/el, ahora era ella y el, pero demasiado amor para el trágico final que ellos no esperaban que llegue. Un desubicado final que los separo, que se atrevió a separarlos, un final donde las lagrimas ahogaban no los ojos sino los corazones. Un final donde el adiós vino disfrazado con un “que nos volvamos a ver”. Yo diría que no era necesario que eso pasara, pero hubo alguien que quiso que pasara, alguien que “hace que todo pase”. Dijo adiós y ella también, y nada quedo entre los dos, solo los recuerdos de los lindos momentos juntos
Ambos prefieren no recordar ese adiós, no quieren recordar que se “perdieron” mutuamente, prefieren recordar su primer encuentro, aquel instante que las miradas protagonizaban el hecho, y que las mariposas en la panza querían salir volando. Ya nada iba a ser igual,
Él hace canciones de amor en su memoria, y ella lo busca es cada rostro que ve, pero juntos caminan a un encuentro que ambos esperan…y no van a perder jamás.
¿Cuál es la consecuencia de este amor? ¿Que se perdieron? ¿Que no fue un amor para toda la vida? Que hubo, hubo química pero quizá ellos esperaban más y no daba para más… esa es la consecuencia.
Aunque ella tranquila esta, porque el antes de irse le dijo que los sueño siempre se pueden lograr ;)